En el extremo noreste de Portugal, Bragança (Braganza) es una antigua ciudad cuyo castillo todavía mantiene un núcleo urbano medieval dentro de sus murallas. Entrando en la ciudadela o plaza de armas por la Puerta de la Villa, nos encontramos con la picota, que tiene como base un verraco lusitano que recuerda los orígenes celtas de la región.
En la gigantesca Torre del homenaje, que en la Edad Media vigilaba las fronteras, el museo militar también cuenta la historia del castillo, que mandó construir Don Juan I sobre los cimientos del anterior, edificado por el primer rey de Portugal, Alfonso Henríquez. Desde la última planta se disfruta de unas excelentes vistas de la ciudad y del amplio horizonte de montañas que la rodean.
En la ciudadela también nos encontramos la Iglesia de Santa María y la Domus Municipalis, ejemplar de arquitectura civil románica único en Portugal, donde se reunía el senado de la ciudad. Extramuros, la ciudad creció hacia el oeste, conservando casas nobles y monumentos como la Catedral, la Iglesia de San Vicente, la Capilla de la Misericordia o la Iglesia de Santa Clara.
En el antiguo palacio episcopal se encuentra el Museo Abade de Baçal, que cuenta con una valiosa colección, mientras que el Centro de Arte Contemporáneo Graça Morais presenta obras de esta famosa pintora contemporánea y otras colecciones de artes plásticas. Estos son los mejores sitios que ver y visitar en Braganza (Bragança), Portugal.
1. Gimonde
Situada en el municipio de Braganza, Gimonde ofrece a quienes lo visitan lo mejor y lo más genuino de la tierra fría transmontana, siempre con el calor humano y el arte de bien recibir de sus habitantes.
Los paisajes soberbios, la riqueza patrimonial y el pintoresco de la vida cotidiana rural hacen de Gimonde el lugar ideal para una escapada de fin de semana o vacaciones, en total comunión con la naturaleza.
2. Rio de Onor
Divide el territorio con su homónima española, Rihonor de Castilla. De la tradición y de la convivencia entre las dos aldeas surgió un dialecto – el rionorés. Aún se comparten terrenos y molinos, en la memoria queda el rebaño y el buey comunitarios, que ya no existen. Mantiene un modo de administración rural, liderado por dos Mordomos, designados por el Consejo – asamblea con representantes de todas las familias de la aldea. La «Vara de la Justicia» garantiza el cumplimiento de las normas y aplica multas, a menudo pagadas en medidas de vino o aceite.
Está inserta en el Parque Natural de Montesinho y en la Zona de Protección de la Red Natura 2000, y reparte el nombre con el río que la atraviesa – el río Onor, también conocido como río Contensa. El hecho de que está atravesado por fronteras políticas hace que la mayoría de los habitantes son bilingües o trilingües (portugués, español y rionorês). De su arquitectura tradicional de esquisto, se destacan el puente romano, la Iglesia Matriz y un Castro medieval.
3. Montesinho
Montesinho es un pueblo típico transmontano, situado en los contrafuertes de la Sierra de Montesinho, a unos 1000 metros de altitud, en pleno Parque Natural de Montesinho. Deja que la serenidad de esta aldea lo seduza y pase unos días instalado en una de las casas adaptadas para turismo, en granito, con techos en pizarra y balcones de madera, abiertas para la sierra. Camine por las calles de la aldea, calcetadas y bien cuidadas, y descubra la Iglesia de Montesinho, el Núcleo Interpretativo de Montesinho y el Museo instalado en una casa típica transmontana, donde podrá conocer la caracterización geológica de Montesinho y los modos de vida tradicionales de esta «aldea preservada «.
La belleza natural de esta región invita a caminatas largas: haga el Paseo Pedestre de Montesinho (10 kilómetros) que lo conducirá por senderos y caminos en las aldeas de Montesinho, Francia y Portelo. Contempla el paisaje de contrastes: el verde de los pastos pintalado por flores coloridas y el dorado y rojizo de los bosques… Se encuentra en el Parque Natural de Montesinho, por lo que no se sorprenda si avistar un águila real o una cigüeña negro; un lobo ibérico o un ciervo!
4. Castillo de Braganza
El Castillo de Braganza se encuentra ubicado dentro de las murallas de la ciudadela de Braganza. Fue construido en 1187 bajo el reinado de D. Sancho I, mejorado por D. João I en el siglo XIV y restaurado en la década de 1930.
Este castillo ocupa una posición muy ventajosa que ya aprovecharon los habitantes de una Brigancia celta, los romanos que los sometieron y quienes rebautizaron la ciudad como Juliobriga, los visigodos, los musulmanes que la conquistaron, y los cristianos que se la volvieron a arrebatar. La Torre del Homenaje, además de ofrecer unas maravillosas vistas panorámicas sobre la ciudad desde sus 33 metros de altura, alberga el interesante Museo Militar de Braganza.
5. Domus Municipalis
El Domus Municipalis se encuentra localizado en la parte trasera de la ciudadela de Braganza. Se trata de un edificio pentagonal (Siglo XII) que es el ayuntamiento más antiguo de Portugal, y uno de los pocos ejemplares de arquitectura civil románica en la Península Ibérica.
Su fachada está perforada por pequeños vanos de medio punto y bajo el tejado corre un friso de modillones esculpidos. Su interior está compuesto por una inmensa sala cuyo sótano está ocupado por un antiguo aljibe. Casi pegada al muro occidental de esta edificación se encuentra la Iglesia de Santa Maria do Castelo (Siglo XVI).
6. Ciudadela de Braganza
Una ciudad dentro de otra con casi 900 años de diferencia. La ciudad de los primordios la Nacionalidad se inició y se reforzó, convirtiéndose en la ciudad de hoy. Sin lugar a dudas tuvo su papel más importante en la formación y el curso de la historia de Portugal.
El pequeño perímetro de la Ciudadela Brigantina sirvió para la defensa de la antigua villa medieval. Este perímetro que defendió las pequeñas casas del pueblo, la Iglesia de Santa María, el Pelourinho, Castillo, Torre del Homenaje y, finalmente, la única Domus Municipalis Romano existente en Portugal.
7. Museo Abade de Baçal
Este museo, albergado en el Antiguo Palacio Episcopal de Braganza, expone colecciones regionales de etnología, arqueología, numismática, arte sacro y pintura. En la entrada se proyecta un vídeo sobre las costumbres de la región de Trás-os-Montes y existe una pantalla interactiva con información sobre el museo, la región y sus monumentos.
En la planta baja se exhibe una hermosa colección de piedras miliarias, jabalíes de granito (berrões) y estelas funerarias. En la segunda planta, en la capilla del antiguo palacio, se exhiben frontales de altar de los siglos XV al XVIII, así como imágenes barrocas policromadas de santos.
8. Museo Ibérico de la Mascara e del Traje
Inaugurado en 2007, bajo la temática de la máscara, es un espacio de divulgación de las tradiciones relacionadas con las fiestas de invierno y carnaval de Trás-os-Montes, Alto Douro y la diputación de Zamora. Formado por 3 plantas, permite al visitante contactar, en cualquier momento del año, con una multiplicidad de fiestas, personajes y rituales adonde la máscara asume un papel fundamental en la festividad.
Además del contacto con los personajes recreados por los caretos expuestos, el museo permite llevar, al ritmo de la música tradicional, el visitante a experimentar, a través de fotografías y objetos expuestos, las festividades representadas en las diferentes localidades, durante el periodo invernal.
9. Monasterio de Castro de Avelãs
El Monasterio de Castro de Avelãs se encuentra ubicado en los alrededores de la ciudad de Braganza, Portugal. Su iglesia formaba parte de un monasterio benedictino del siglo XII del que sólo restan la cabecera románica, con ábside y absidiolos en forma de hemiciclo, y las arquerías ciegas superpuestas.
Esta iglesia es única en Portugal debido a su forma y su aparejo de ladrillo. Está emparentada con las iglesias de la orden de Cluny y asociada al camino de santiago.
10. Parque Natural de Montesinho
El Parque Natural de Montesinho ocupa una extensión de 75.000 hectáreas entre Braganza y la frontera con España y constituye uno de los paisajes naturales y culturales más atractivos de Trás-os-Montes. Este grandioso parque está compuesto por un mosaico de dehesas, robredales, grandes castaños y cañones profundos, aderezado con antiguas aldeas de piedra cuyos habitantes mantienen vivas las tradiciones rurales.
Este parque fue creado para preservar tanto los 88 pueblos de la zona como su entorno natural. La fauna aquí es muy variada (Jabalíes, zorros, lobos ibéricos, rapaces, etc.) y está protegida. La vegetación dominante está compuesta por encinas y castaños. En las zonas altas crecen brezos y jaras.
11. Iglesia de Santa Maria
La Iglesia de Santa Maria, o Iglesia Matriz de Braganza, se encuentra ubicada junto al Domus Municipalis, el ayuntamiento más antiguo de Portugal, dentro de la ciudadela de Braganza.
De esta iglesia, erigida en el siglo XVI, cabe destacar sus columnas mudéjares de ladrillo; la curiosa pintura al fresco de su techo, en la que se representa a la Asunción de la Virgen; y la figura de Santa Maria Madalena, del siglo XVII, ubicada sobre el altar mayor. La planta baja de la iglesia es románica, el pórtico barroco y algunos de los elementos de la decoración son renacentistas.
12. Catedral Vieja de Bragança
La Sé, o Catedral vieja de Braganza, es uno de los lugares que merece la pena visitar de la parte baja de la ciudad. Fue erigida en 1545 como Iglesia de São João Baptista, pero en 1770 subió de categoría cuando el obispado se trasladó aquí desde Mirando do Douro; aunque posteriormente fue degrada cuando fue inaugurada la Iglesia de Nossa Senhora Rainha, actual Catedral de Braganza.
Se trata de la antigua iglesia de un convento jesuita, cuya edificación cuenta con una sola nave con retablo y capillas de un barroco muy recargado. La decoración interior está hecha a base de azulejos y un órgano ornamentado con marquetería policromada. En el interior hay varios altares barrocos de madera dorada. Frente a la catedral, en la misma Praça da Sé, hay un Cruzeiro de 1869 sobre una columna salomónica.